El legado de Gucci está grabado en un conjunto de elementos icónicos que combinan herencia, artesanía y diseño atemporal, cada uno con décadas de narración e innovación artística.
En el centro se encuentra el Logotipo Doble G Entrelazado, concebido en la década de 1930 utilizando las iniciales del fundador Guccio Gucci. Más que un monograma, simboliza la fusión de la artesanía toscana con la elegancia aristocrática británica. Inicialmente sutil en artículos de cuero, evolucionó hasta convertirse en una declaración audaz en la década de 1970 cuando Gucci se expandió globalmente, adornando todo, desde bolsos hasta abrigos de piel. Diseñadores contemporáneos como Alessandro Michele lo han reinventado con exuberancia, consolidando su estatus como uno de los emblemas más reconocibles de la moda.
Igualmente icónica es la Banda Web Verde-Rojo-Verde, que debutó en 1951. Inspirada en las correas de las sillas de montar ecuestres, este motivo de tres rayas (base beige con acentos verdes y rojos) se convirtió en un código visual de las raíces ecuestres de Gucci. Trasciende los accesorios, adornando prendas listas para usar, zapatos y equipaje, y sigue siendo un símbolo del compromiso de la marca con la calidad.
El Herraje Horsebit refleja la herencia ecuestre de Gucci de forma más vívida. Introducido a finales de la década de 1940, primero adornó artículos de cuero antes de convertirse en la pieza central de los icónicos mocasines de 1953, favorecidos por estrellas como Clark Gable. En 1955, inspiró el bolso Horsebit 1955, cuyas líneas curvas y acentos metálicos unen la tradición y la modernidad. Diseñadores posteriores lo han reelaborado, desde delicadas joyas hasta cierres de bolsos de gran tamaño, sin perder su esencia ecuestre.
Un testimonio del ingenio en tiempos de guerra es el Asa de Bambú, nacido en 1947 cuando la escasez de materiales de la posguerra llevó a los artesanos de Gucci a utilizar bambú ligero. Elaborado mediante un proceso laborioso (ablandamiento con llama, doblado a mano y lacado), cada asa es única, con una precisión de curvatura de 0,5 centímetros. Adorado por iconos de Hollywood como Ingrid Bergman, sigue siendo fundamental para colecciones como Bamboo 1947, que encarna la capacidad de Gucci para convertir la necesidad en lujo.
Completando el panteón está Lienzo GG, que evoluciona desde la tela acolchada con diamantes de la década de 1930 hasta el estampado GG entrelazado popularizado en la década de 1960. Fabricado con lona recubierta duradera, equilibra la practicidad con el lujo, adaptándose a los gustos modernos a través de variaciones de color (por ejemplo, la iteración azul de 2022) manteniendo su encanto de archivo.
Estos elementos no son estáticos; se reinventan estacionalmente, pero su capacidad para vincular el pasado de Gucci con su presente asegura su estatus como símbolos perdurables de lujo.